Escrito por Stevens Rosado
Ética
del comunicador social
Comunicación social es quizás una de las
profesiones más importantes de la actualidad, ya que tiene la magia de
conectarnos con lo que pasa en nuestro país y el mundo. Pero con la gran
cantidad de intereses en nuestros días y la perdida de valores morales cabe
preguntarnos ¿realmente los comunicadores sociales son dignos de confiar? ¿Las
informaciones que suministran son verdaderas?
La ética del comunicador social se basa en
la veracidad, honestidad, integridad, imparcialidad y profesionalismo para informar
lo que pase en el día a día. Los periodistas brindan un servicio público con
noticias e informaciones de interés general. Tienen derecho a la libertad de
expresión, pero también deben rechazar actos como el soborno, plagio, injuria,
calumnia y difamación, viendo su profesión como una necesidad social y no una
mercancía, en donde tienen derecho a negarse si se les pide que transmitan algo
en contra de sus convicciones y guardar el secreto profesional, no revelando en
ningún momento la fuente que le transfiere la información.
Por lo general los medios deben fomentar la
participación pública en los mismos y el derecho de los ciudadanos a la
información. Siempre los actos de comunicación se hacen con respeto a la
privacidad, dignidad y disposiciones humanas, incluyendo las instituciones de
cualquier tipo. Los comunicadores también deben fomentar los valores
universales y culturales, la paz, democracia, desarrollo social y luchar en
contra de la violencia, el racismo y la desigualdad social.
Hoy en día alrededor de la ética del
comunicador se encuentran diferentes factores, como el dinero, prestigio,
privilegios, amenazas, miedo que son como tentaciones que incitan a cometer un
pecado. La sociedad en la que vivimos y
los poderes políticos, económicos y morales ejercen una presión brutal contra
los periodistas ya que todos se han dado cuenta del poder que ejercen los
medios de comunicación en las vidas de las personas a través de la
concientización y educación. Por esa vía
se pueden ganar o perder numerosos intereses. El comunicador social con
verdadera moral entiende la importancia de su profesión y el daño o beneficio
que puede brindar una información sacada al aire. Aunque lamentablemente otros
se dejan llevar por las circunstancias, las pasiones o la vanidad de personas
que no velan por el bienestar del pueblo si no el de ellos mismos.
En
Venezuela hay casos muy extraños y
quizás diferentes al de otros países.
En
primer lugar no hay respeto por la libertad de expresión, el libre pensamiento
y diversidad de opinión. En el caso específico del gobierno, se cerró un canal
de televisión de más de 50 años porque simplemente mostraba una opinión
contraria.
En segundo lugar se ha visto violada la ley
de la imparcialidad, y muchos medios de comunicación se han decantado
abiertamente por alguna tendencia política, ejemplos claros los vemos en
venezolana de televisión canal completamente parcializado a favor del gobierno,
e igualmente la emisora RCR a favor de
la oposición. Esto genera un problema grabe de información ya que los canales
transmiten muchas cosas buenas de su tendencia política, pero no dicen en
muchos casos las malas y viceversa de la tendencia contraria dicen lo malo,
pero no lo bueno. Esto hace que la información no sea completa ni cien por
ciento verdadera.
En tercer lugar muchos medios de
comunicación son manejados como un negocio más y no como un bien para la
sociedad, cuando muestran contenidos que buscan vender más, pero que en
realidad no aportan nada. Esto ocurre cuando no hay una investigación seria y
responsable del tema que se toca y la información que se saca a la luz son noticias
que carecen de profundidad y son irrelevantes
para la sociedad, el objetivo no es llegar a la verdad, sino obtener más
dinero. Los medios apelan a que ésta es la información que
le importa a la mayor parte de la población, porque las portadas sobre los
escándalos amorosos de los famosos venden, al igual como las crudas imágenes
que grafican grandes tragedias o episodios violentos suben el rating,
olvidándose de las personas víctimas de estos hechos, de su sufrimiento y del
derecho a resguardar su intimidad.
En cuarto lugar entra el soborno, aquellas
personas que les pagan a los periodistas para que publiquen información falsa o
de conveniencia personal. En algunos casos es al revés y se les paga es para
que no digan la verdad acerca de un hecho o asunto especifico.
Pero no todo es inmoral en nuestros días,
ni tampoco están todos los periodistas corrompidos, pues hay muchos que si
dicen la verdad y cumplen a cabalidad la ética del comunicador social, porque
creen más en el bienestar del pueblo y no en sus propios intereses o los
intereses de una minoría engañadora. Tanto a sido la etica de algunos
profesionales de la comunicación, que algunos han ido a la cárcel defendiendo
la verdad.
Se puede decir que en la comunicación
social hay personas dignas de confianza y otras que no, quienes dicen la verdad
a plenitud y los que la esconden. Mas allá del dinero, o prestigio la ética del
comunicador se basa en sus valores morales, creencias e incluso su
espiritualidad. Las personas eligen lo que quieren ver y tienen la capacidad de
discernir diferentes informaciones, lo recomendable es que no se conforme con
un solo medio si no que varié, investigue y reflexione para de esta forma
distinguir a aquellos que cumplen con su labor y son veraces, honestos,
íntegros e imparciales. La justicia siempre triunfa y la verdad sale a luz.



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