domingo, 29 de enero de 2017

La esperanza que nos anima a vencer


Escrito por Stevens Rosado

La esperanza que nos anima a vencer


          

          Es impresionante ver el grado de maldad que existe actualmente en la tierra: Asesinatos por doquier, robos, violaciones, secuestros, atentados terroristas, etc. En Venezuela se han publicado libros que muestran en detalles la maldad que puede llegar a tener el ser humano en su interior. Asesinatos súper crueles que solo una mente diabólica podría realizar. “Sangre en el diván”,  “El grito ignorado” y “Al filo del delito”,  te presentan el terror, el dolor y la angustia de alguien inocente que es torturado hasta la muerte.

         
          El amor se enfrió y ahora las personas simplemente buscan sus interesases personales como lo son el dinero o el placer. La sensibilidad se perdió y leer en un periódico que matan a cientos de personas es cosa de todos los días, algo normal.


        
          Si ha esos hechos maléficos realizados por los hombres le añadimos la furia de la madre naturaleza: terremotos, tsunamis, huracanes, inundaciones, etc. Producto del calentamiento global. También la innumerable cantidad de enfermedades que amenazan con la vida de todos los seres humanos.  Cabe preguntarnos ¿Cuál es la solución para este mundo?

       
  Muchos creen saber la respuesta: “un cambio de presidente mejorara el país” , “debemos cuidar el ambiente”, “brindarles mejor educación a los niños y jóvenes”, “colocar policías mas efectivos al cuidado de la gente”, “pedir a todos los santos por la paz mundial”. Estas respuestas son muy razonables, pero la realidad es que solo existe una vía de escape y tiene nombre propio: Jesucristo.

         Jesús es la solución a todos los problemas de la humanidad. Sin embargo, he notado con tristeza el crecimiento de la santería o brujería como primera opción de muchas personas para obtener una vida mejor. Otros sencillamente han decidido vivir “la vida loca”, al fin y al cabo “la vida es una sola y hay que disfrutarla”, señalan.

         Pero mi querido amigo/a es necesario vencer para obtener una vida mejor. No busques solución donde no la hay. No intentes tapar el sol con un dedo. Necesitamos de Jesús. Esa es la verdad.  

         Imagina por un momento el dolor de perder a un ser querido. Imagina el sufrimiento de una persona con cáncer avanzado. Imagina la amargura de una persona que acaba de descubrir que su pareja le es infiel. Imagina el shock que produce ver toda una ciudad devastada por un terremoto. Imagina a millones de personas muriendo de hambre crónica. ¿Quieres seguir viviendo en este mundo? Yo no. Definitivamente me quiero ir al cielo con Jesús.


         “Considero que las aflicciones de este tiempo presente, no son comparables con la gloria venidera que se ha de manifestar en nosotros” (Romanos 8: 18). Pablo tiene muchísima razón, la vida que Dios nos ofrece es muy superior al sufrimiento terrenal. Pero la salvación hay que anhelarla.

         Me gusta mucho un tema musical titulado “Buscadme y viviréis” de Marcos Vidal. La primera parte de la canción muestra la queja del ser humano hacia Dios ¿Cómo es posible que un Dios que dice ser amor, permita tanto sufrimiento en la tierra? Niños abandonados, jóvenes acabados y la locura reinando en la humanidad ¿a caso eso es amor? Nos has prometido tu Santo Espíritu ¿Cuándo descenderá?

         Pero Dios en su inmensa sabiduría contesta: “ustedes son necios como niños, les gusta preguntar aquellas cosas que desde hace tiempo saben su respuesta ¿Cómo puedo dar mi Espíritu si mis hijos no se vuelven hacia mí? ¿Dónde están aquellos hombres como Elías que dejaron todo por seguirme a mí? ¿Qué rompieron compromisos con el mundo solo por agradarme a mí? ¿Dónde están los José, Daniel o Ester? si ustedes me amasen como aman sus caminos, yo abriría las ventanas de los cielos y hoy la tierra estaría en mi poder. Mientras tanto repito como antaño: buscadme y viviréis”. 


         Ciertas vez conversaba con unos de mis hermanos en la iglesia y le comentaba que los cristianos pasamos mucho tiempo diciendo “Cristo viene pronto”, pero hacemos muy poco para que eso se haga realidad.  Nosotros deberíamos vivir cada día como si ya estuviéramos en el cielo. O al menos hacer los preparativos para el viaje. ¿Cuál es ese preparativo? Orar, estudiar la palabra de Dios y salir a predicar las buenas nuevas de salvación. 

   Las 3 cosas son igual de importantes. Si haces dos y falta una, todo esta mal. Deberíamos llenarnos de gozo con cada alma ganada para Cristo. Porque precisamente para que ese pecador no se pierda es que Cristo no ha venido por segunda vez. 

         “El señor no demora en cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que es paciente con nosotros, porque no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3: 9).


¡Cristo viene! Creamos o no. Estemos preparados o no. Nos llevara al cielo por mil años y luego nos entregara una tierra nueva, donde disfrutaremos por toda la eternidad. ¡Esa es la solución para el mundo! ¡Esa es la solución para ti también!, si lo deseas.


“Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y el mar ya no existía mas. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, engalanada como una novia para su esposo. Y oí una gran voz del cielo que decía: ahora la morada de Dios esta con los hombres, y el habitara con ellos. Ellos serán su pueblo. Y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Y no habrá mas muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron”.


“Entonces, el que estaba sentado en el trono dijo: “yo hago nuevas todas las cosas”. Y agrego: “escribe, porque mis palabras son ciertas y verdaderas”. Y me dijo: “hecho está. Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, le daré gratis de la fuente del agua de la vida. El que venza heredará todas estas cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idolatras y todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda””. 

Apocalipsis 21: 1 - 8  


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