martes, 3 de enero de 2017

El juicio divino

El juicio divino

                Apocalipsis 14: 6. “vi volar otro ángel que tenia el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”.

                Marcos 16:14 – 15. “finalmente apareció a los once, cuando estaban a la mesa. Reprendió su incredulidad y dureza de corazón, por no haber creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: “id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda creatura”.

                Apocalipsis 14: 7. “decía a gran voz: “¡reverenciad a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.

                Eclesiastés 12:14. “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala”.

                Hechos 17:31. “por cuanto ha establecido un dia en el cual juzgara al mundo con justicia”

                2 corintios 5:10. “porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”

                Levítico 16:29 – 30. “tendréis esto por decreto perpetuo. El dia diez del séptimo mes ayunareis. No haréis ningún trabajo, ni el nativo ni el extranjero que vive entre vosotros. Porque ese día se hará expiación por vosotros, para purificaros. Y quedareis limpios de todos vuestros pecados ante el Señor”.

                Hebreos 9:23 – 24. “fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fueran purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos, porque no entro Cristo en el santuario hecho por los hombres, figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora por nosotros ante Dios”.

                Daniel 8:14. “hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”

                Números 14:34. “conforme al numero de los 40 días en que reconocisteis la tierra, llevareis vuestra culpa durante 40 años. Un día por cada año. Y conoceréis mi desagrado”.

                Daniel 8:26 – 27. “la visión de las tardes y mañanas que te fue dada, es verdadera. Y tu sella la visión, porque es para un futuro distante. Y yo, Daniel, quede quebrantado, y estuve enfermo algunos días. Cuando convalecí, atendí los asuntos del rey. Pero quede espantado acerca de la visión, y no la entendía”.

                Daniel 9:23 – 27. “tan pronto como empezaste a orar, fue dada la respuesta, y yo he venido a enseñártela, porque tu eres muy amado. Entiende, pues, la palabra, y entiende la visión. Setenta semanas están cortadas para tu pueblo y tu santa ciudad, para acabar la prevaricación, poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer la justicia de los siglos, sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Conoce y entiende que desde que salga la orden de restaurar y reedificar a Jerusalen hasta el mesías príncipe, habrá 7 semanas, mas 62 semanas. La plaza y la muralla se reedificaran en tiempos angustiosos. Después de las 62 semanas le quitaran la vida al mesías, y no por si mismo. Y el pueblo de un príncipe que ha de venir, destruirá la ciudad y el santuario. Su fin vendrá como una inundación, y hasta el fin de la guerra, será talada con asolamiento. En otra semana confirmara el pacto a muchos. Y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Y sobre el ala del templo uno ejecutara la abominación asoladora, hasta que la ruina decretada caiga sobre el desolador”.

                Apocalipsis 14: 6. “vi volar otro ángel que tenia el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”.

                Apocalipsis 14: 7. “decía a gran voz: “¡reverenciad a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.

                Daniel 7:9-10.  “estuve mirando hasta que fueron puestos unos tronos y se sentó un anciano de días. Su vestido era blanco como la nieve; el pelo de su cabeza, como lana limpia. Su trono llama de fuego, y sus ruedas fuego ardiente. Un rio de fuego procedía y salía de delante de el; miles de miles lo servían, y millones de millones estaban delante de el. El juez se sentó y los libros fueron abiertos”.

                Apocalipsis 4:2. “al instante, estando yo en el Espíritu, vi un trono establecido en el cielo, y en el trono uno sentado”.

                Hebreos 9: 25 – 28. “tampoco entre para ofrecerse muchas veces a si mismo, como entra el sumo sacerdote en el lugar santísimo, cada año con sangre ajena. De otra manera a Cristo le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde la creación del mundo. Pero ahora, al final de los siglos, se presento una sola vez para siempre, para quitar el pecado, por medio del sacrificio de si mismo. Y asi como esta ordenado que los hombres mueran una vez, y después enfrenten el juicio. Asi también Cristo fue ofrecido una sola vez, para quitar los pecados de muchos. Y la segunda vez, sin relación con el pecado, aparecerá para salvar a los que lo esperan”.

                

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