Escrito por Stevens Rosado
La esperanza que
nos anima a vencer
Es impresionante ver el grado de maldad que existe
actualmente en la tierra: Asesinatos por doquier, robos, violaciones,
secuestros, atentados terroristas, etc. En Venezuela se han publicado libros
que muestran en detalles la maldad que puede llegar a tener el ser humano en su
interior. Asesinatos súper crueles que solo una mente diabólica podría realizar.
“Sangre en el diván”, “El grito
ignorado” y “Al filo del delito”, te
presentan el terror, el dolor y la angustia de alguien inocente que es
torturado hasta la muerte.
El amor se
enfrió y ahora las personas simplemente buscan sus interesases personales como
lo son el dinero o el placer. La sensibilidad se perdió y leer en un periódico
que matan a cientos de personas es cosa de todos los días, algo normal.
Si ha esos
hechos maléficos realizados por los hombres le añadimos la furia de la madre
naturaleza: terremotos, tsunamis, huracanes, inundaciones, etc. Producto del
calentamiento global. También la innumerable cantidad de enfermedades que
amenazan con la vida de todos los seres humanos. Cabe preguntarnos ¿Cuál es la solución para
este mundo?
Muchos
creen saber la respuesta: “un cambio de presidente mejorara el país” , “debemos
cuidar el ambiente”, “brindarles mejor educación a los niños y jóvenes”,
“colocar policías mas efectivos al cuidado de la gente”, “pedir a todos los
santos por la paz mundial”. Estas respuestas son muy razonables, pero la
realidad es que solo existe una vía de escape y tiene nombre propio:
Jesucristo.
Jesús es la
solución a todos los problemas de la humanidad. Sin embargo, he notado con
tristeza el crecimiento de la santería o brujería como primera opción de muchas
personas para obtener una vida mejor. Otros sencillamente han decidido vivir
“la vida loca”, al fin y al cabo “la vida es una sola y hay que disfrutarla”,
señalan.
Pero mi
querido amigo/a es necesario vencer para obtener una vida mejor. No busques
solución donde no la hay. No intentes tapar el sol con un dedo. Necesitamos de
Jesús. Esa es la verdad.
Imagina por
un momento el dolor de perder a un ser querido. Imagina el sufrimiento de una
persona con cáncer avanzado. Imagina la amargura de una persona que acaba de
descubrir que su pareja le es infiel. Imagina el shock que produce ver toda una
ciudad devastada por un terremoto. Imagina a millones de personas muriendo de
hambre crónica. ¿Quieres seguir viviendo en este mundo? Yo no. Definitivamente
me quiero ir al cielo con Jesús.
“Considero
que las aflicciones de este tiempo presente, no son comparables con la gloria
venidera que se ha de manifestar en nosotros” (Romanos 8: 18). Pablo tiene muchísima razón, la vida que Dios
nos ofrece es muy superior al sufrimiento terrenal. Pero la salvación hay que
anhelarla.
Me gusta
mucho un tema musical titulado “Buscadme y viviréis” de Marcos Vidal. La
primera parte de la canción muestra la queja del ser humano hacia Dios ¿Cómo es
posible que un Dios que dice ser amor, permita tanto sufrimiento en la tierra?
Niños abandonados, jóvenes acabados y la locura reinando en la humanidad ¿a
caso eso es amor? Nos has prometido tu Santo Espíritu ¿Cuándo descenderá?
Pero Dios
en su inmensa sabiduría contesta: “ustedes son necios como niños, les gusta
preguntar aquellas cosas que desde hace tiempo saben su respuesta ¿Cómo puedo
dar mi Espíritu si mis hijos no se vuelven hacia mí? ¿Dónde están aquellos
hombres como Elías que dejaron todo por seguirme a mí? ¿Qué rompieron
compromisos con el mundo solo por agradarme a mí? ¿Dónde están los José, Daniel
o Ester? si ustedes me amasen como aman sus caminos, yo abriría las ventanas de
los cielos y hoy la tierra estaría en mi poder. Mientras tanto repito como
antaño: buscadme y viviréis”.
Ciertas vez
conversaba con unos de mis hermanos en la iglesia y le comentaba que los
cristianos pasamos mucho tiempo diciendo “Cristo viene pronto”, pero hacemos
muy poco para que eso se haga realidad.
Nosotros deberíamos vivir cada día como si ya estuviéramos en el cielo.
O al menos hacer los preparativos para el viaje. ¿Cuál es ese preparativo?
Orar, estudiar la palabra de Dios y salir a predicar las buenas nuevas de
salvación.
Las
3 cosas son igual de importantes. Si haces dos y falta una, todo esta mal. Deberíamos llenarnos de gozo con cada
alma ganada para Cristo. Porque precisamente para que ese pecador no se pierda
es que Cristo no ha venido por segunda vez.
“El señor
no demora en cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que es paciente con
nosotros, porque no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento” (2 Pedro 3: 9).
¡Cristo viene! Creamos o no. Estemos
preparados o no. Nos llevara al cielo por mil años y luego nos entregara una
tierra nueva, donde disfrutaremos por toda la eternidad. ¡Esa es la solución
para el mundo! ¡Esa es la solución para ti también!, si lo deseas.
“Entonces vi un cielo nuevo y una tierra
nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y el mar
ya no existía mas. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, que
descendía del cielo, de Dios, engalanada como una novia para su esposo. Y oí
una gran voz del cielo que decía: ahora la morada de Dios esta con los hombres,
y el habitara con ellos. Ellos serán su pueblo. Y Dios mismo estará con ellos,
y será su Dios. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Y no habrá
mas muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron”.
“Entonces, el que estaba sentado en el trono
dijo: “yo hago nuevas todas las cosas”. Y agrego: “escribe, porque mis palabras
son ciertas y verdaderas”. Y me dijo: “hecho está. Yo soy el alfa y la omega,
el principio y el fin. Al que tenga sed, le daré gratis de la fuente del agua
de la vida. El que venza heredará todas estas cosas, y yo seré su Dios, y él
será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los
fornicarios y hechiceros, los idolatras y todos los mentirosos, tendrán su
parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda””.
Apocalipsis 21: 1 -
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